viernes, 30 de mayo de 2008

La demanda de rapidez

Los barcos iban armados de cañones desde el siglo XIV. Algunos buques ingleses, que derrotaron a la Armada Invencible en España (1588), llevaban cincuenta y cinco. A mediados del siglo XVIII abundaban los de cien cañones. En el XVII se tendía a construir buques del tipo fragata, que introdujo un gran cambio en el diseño del casco. Era una nave rápida de proa baja y con estructuras en la popa; casi todos sus cañones estaban en la cubierta principal. La primera de su clase, la Constant Warwick, se botó en 1647.
El tráfico oceánico creció en los siglos XVII y XVIII, cuando los ingleses, portugueses y holandeses intensificaron la búsqueda de productos orientales. Las naciones europeas crearon compañías comerciales rivales. La más famosa fue la Compañía Inglesa de las Indias Orientales, fundada en 1600. Los barcos de carga solían ser más anchos y lentos que los de guerra, e iban menos armados. Al incrementarse el comercio con Oriente, se necesitaron naves más rápidas para el transporte de té, especias, café, etc.
Las que cumplían las travesías de la India, China y archipiélagos vecinos en menos tiempo rendían ricos beneficios a sus propietarios. A principios del siglo XIX, el clíper, de líneas suaves y aerodinámicas, empezó a remplazar a los buques que comerciaban con Oriente: el Cutty Sark alcanzaba los veinte nudos.

Barcos de exploradores

Durante los siglos XV y XVI aparecieron muchos tipos de naves: carracas, carabelas, pinazas, saicas, galeones, etc. El uso de la brújula se generalizó y posibilitó los viajes cada vez más largos. Se construyeron buques de unas mil toneladas. Pero eran sorprendentemente pequeños los que ocupaban los exploradores.
Barco La nao Santa María, que llevó a Colón y a sus cincuenta y dos hombres al Nuevo Mundo, medía treinta metros de eslora (longitud). Los barcos en que Vasco de Gama dobló el cabo de Buena Esperanza, aunque algo mayores, se parecían a ella. L Los buques mercantes y de guerra ingleses crecieron en número y tamaño durante los reinados de Enrique VIII e Isabel I.
Las carracas, que españoles, portugueses y venecianos usaban para transportar mercancías, tenían a menudo cuarenta metros de eslora. Los barcos de guerra mayores de la época, dotados de cuatro mástiles, desplazaban mil quinientas toneladas. Los franceses sobresalieron en la arquitectura naval. Sus naves aventajaron en tonelaje y velocidad a las de otras naciones, sobre todo en los siglos XVII y XVIII.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Museo de barcos

El Museo de Barcos Vikingos (en noruego Vikingskipshuset - la Casa de Barcos de Vikingos) está localizado en Bygdøy en Oslo, Noruega. Esto es parte del museo Histórico de la Universidad de Oslo. En 1913, el profesor sueco Gabriel Gustafson primero propuso un edificio separado para hallazgos de la era Vikinga descubierta a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Entonces, el barco de Gokstad y barco de Oseberg ya habían sido almacenados durante varios años en refugios temporales en la Universidad de Oslo. Una competición arquitectónica fue anunciada, y Arnstein Arneberg ganó. El pasillo para el barco de Oseberg fue construido con la financiación de Stortinget, y el barco fue trasladado de los refugios de Universidad en 1926. Las partes del edificio para los barcos de Gokstad y Tune fueron completadas en 1932, pero la última parte del edificio fue retrasada debido a la segunda Guerra Mundial. La última parte para otros hallazgos del barco de Oseberg fue completada en 1957.

martes, 27 de mayo de 2008

Su origen

Después de que el hombre descubriese que su cuerpo se sostenía sobre un tronco, se le ocurrió unir dos o más troncos para formar una balsa como transporte. Podemos decir que la primera embarcación propiamente dicha fue la canoa. De debe al la Edad de Piedra, y la construían ahuecando un tronco y como medio de impulso se usaban remos cortos. Después se recubrieron de tejidos impermeables y tras esto se construyeron utilizando planchas de madera, atadas o cosidas entre sí, o sujetas con clavijas a una armadura interna. Pronto fue descubierto que si se les ponían velas a los barcos, éstos se movían más rápido impulsados por el viento. Estas velas probablemente en un principio eran de juncos entretejidos o pieles.

La Navegación Romana


El poderío naval de Grecia declinó después del siglo IV a. de C. Cartago y Roma emprendieron una larga lucha por el dominio del mar. Antes de la era cristiana, los romanos habían triunfado y, durante muchos años, señorearon las rutas marítimas mediterráneas. Sus galeras eran similares a las griegas, pero bastante más grandes. Tuvieron seis o más hileras de remos. Después, habiendo comprobado que los buques don muchas filas de remeros no resultaban prácticos en los combates navales, prefirieron los birrenes en las operaciones bélicas. Los grandes barcos mercantes, que llevaban a Roma provisiones de todo el Imperio, sólo utilizaban velas.

La Navegación Vikinga y de los Cruzados

En el siglo IX los normandos o vikingos se convirtieron en el terror de los mares septentrionales. En sus embarcaciones, largas y estrechas, propulsadas con velas y remos, efectuaron incursiones en las costas del norte de Europa, las islas británicas y el Mediterráneo. En sus naves, cuya proa simulaba un dragón, se internaron en el tormentoso Atlántico septentrional, colonizaron Islandia y Groenlandia, y arribaron a las costas norteamericanas. Los barcos progresaron muy poco en el sur de Europa, y la navegación fue muy reducida hasta que se iniciaron las cruzadas en el siglo XII. Como se necesitaron para transportar hombres y pertrechos a Tierra Santa, aumentó de pronto su construcción. Flotas de galeras genovesas y venecianas, movidas a remo y no muy distintas de las griegas, recorrían el Mediterráneo. Los países de norte de Europa comenzaron a interesarse en la producción de buques. Eran semejantes a una artesa, lo que les mereció el nombre de naves redondas. Después de las cruzadas, terminadas en el siglo XIII, se desarrollaron rápidamente los veleros para todos los fines. El timón, inventado antes, sustituyó al remo con que se dirigían los barcos. Las embarcaciones, al estar provistas de dos o más mástiles, empleaban, naturalmente más velas. Cuando se utilizó la triangular o latina al mismo tiempo que la cuadrada, los navegantes dominaron el viento casi por completo: en su dirección, en ángulo con él y a veces incluso contra él.